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Cómo defender la programación didáctica en la oposición: claves para una estrategia efectiva

24 de marzo de 2025

La defensa de la programación didáctica es, sin duda, la parte más predecible de toda la oposición. Sin embargo, esto no significa que esté exenta de dificultad, especialmente en lo que respecta a la distribución del tiempo entre los distintos apartados.

En términos generales, el tiempo disponible para la defensa es limitado y, como explicamos en nuestro curso de programación didáctica y unidades didácticas, no se trata simplemente de una exposición, sino de una defensa, con las diferencias que ello implica. Si fuera una exposición, bastaría con verificar si es posible presentar todos los apartados en el tiempo estipulado. Pero la realidad es que no lo es. Si tienes dudas, te animamos a hacer la prueba.

Por ello, es imprescindible contar con una estrategia que permita gestionar eficazmente el tiempo, priorizando los apartados más relevantes sin dejar de abordar todos los aspectos clave de la programación didáctica. El tribunal evaluará cada detalle, y un planteamiento racional marcará la diferencia en la calificación de esta parte de la segunda prueba.

¿En qué apartados centrarse?

Uno de los elementos que mejor refleja el perfil docente del aspirante es la distribución temporal de los elementos curriculares, en especial los contenidos o saberes básicos organizados en unidades de programación. Dependiendo de la enseñanza y la convocatoria, estas pueden ser unidades didácticas, situaciones de aprendizaje o unidades de trabajo. Esta distribución debe ser coherente, justificando su estructura con criterios pedagógicos sólidos que el tribunal valorará positivamente.

La metodología también juega un papel fundamental, aunque suele ser más desarrollada en la exposición de la unidad de programación posterior a la defensa. En cambio, la evaluación del aprendizaje del alumnado es un apartado especialmente complejo. En muchos casos, los opositores incluyen tablas detalladas sobre la ponderación de los criterios de calificación, las medidas de recuperación y la referencia a los instrumentos de evaluación. Todo esto resulta difícil de exponer sin apoyo visual, lo que hace que la evaluación sea un apartado crítico en la defensa.

Aquí es donde muchos aspirantes caen en el error de intentar realizar una exposición detallada en lugar de una defensa argumentada, lo que les hace perder tiempo y restar atención a otros aspectos clave, como la atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.

Claves para una defensa efectiva

Uno de los errores más comunes es convertir la defensa en una mera lectura del documento entregado al tribunal o en una exposición centrada casi exclusivamente en la normativa. Para evitarlo, es fundamental contar con un plan estratégico que permita estructurar la defensa de manera efectiva, destacando los pilares sobre los que se sostiene la programación didáctica.

Nuestra recomendación es diseñar un guion ajustado a los criterios de valoración del tribunal y al tiempo disponible, asegurando que cada apartado tenga el protagonismo que merece. Aplicar la estrategia tED, con la que preparamos a nuestros opositores, puede ser clave para lograr una defensa sólida, convincente y y con coherencia didáctica.

Una buena planificación puede marcar la diferencia entre una defensa apresurada y una que realmente refleje el perfil docente del aspirante. La clave está en argumentar con criterio, priorizar los aspectos esenciales y demostrar, con solvencia, la capacidad para gestionar la enseñanza de manera eficaz.

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